domingo, 5 de junio de 2011

Champions de cine: ¿Barça? ¡No! Galatasaray-Dépor (VIA BLOG FUTBOL Y CINE)


Champions de cine: ¿Barça? ¡No! Galatasaray-Dépor

Le debía una al entrañable Deportivo de La Coruña, por su paso atrás para coger impulso en segunda división. Y, obviamente, le debía otra todavía mayor al Barça, por la Champions, por Messi,por Guardiola, por Xavi e Iniesta, y hasta por la memoria deCassen, el mayor culé que ha dado el cine español. Parece mentira, pero contra la opinión de algunos [minuto 5' 05"], el Cine y el Fútbol dan para mucho: voy a poder cumplir con los dos. Como ya hablé aquí de ciertas películas para un Barça campeón, voy a hablar de la Champions y del Dépor. Y no, en esta película no saleMourinho ni el Oporto de aquella semifinal de 2004 ni hay polémica arbitral.
Resulta que la única gran película sobre la Copa de Europa de clubes (Champions League para el que le guste) se titulaGalatasary-Dépor. Ya es raro que no haya ningún cineasta que haya seguido el rastro del Real Madrid de Di Stéfano, el Ajax deCruyff o el Bayern setentero y melenudo. Ni siquiera de la final del Camp Nou entre Bayern y Manchester United, con la que se agotó el adjetivo hitchcockiano aplicado al balompié. La única Champions del cine la tiene mi amigo Hannes Stöhr.
Conocí a este perro verde con talento tras el pase de una espléndida película titulada Berlin is in Germany,una especie de antecedente dramático, seco y reflexivo de la exitosa Good Bye, Lenin. Recuerdo varias cosas de aquella entrevista, pero, sobre todo, que yo pensé que aquel tipo estaba loco… y que él debió de pensar lo mismo de mí. Justo cuando
acabábamos, ante la eterna y originalísima pregunta sobre sus próximos proyectos, me contó (en un perfecto castellano aprendido en su etapa de Erasmus en Santiago de Compostela) que estaba preparando una película que iba a titularse Galatasaray-Dépor, sobre cuatro historias alrededor de una final de la Champions en otras tantas ciudades de Europa. Mi emoción fue proporcional a su desconcierto ante mi interés desmedido: “¡Yo estoy preparando un libro sobre Fútbol y Cine!”, le solté. Creyó que estaba de broma, igual que yo cuando me confesó que era forofo del Real Club Deportivo de La Coruña desde su estancia en nuestro país. Así fue como un director de cine y un periodista cinematográfico acabaron hablando de fútbol. Al acabar la charla, le pedí su contacto para seguir el proyecto de cerca, una película que, seamos realistas, sonaba rarísima, muy improbable, y ahí fue cuando confirmé la impresión de que este tipo era capaz de todo. Hannes sacó de su chaqueta una baraja de póker y la abrió en abanico. “Coge una”, me dijo. Era el As de picas. Y tenía sus señas impresas en el reverso. La mejor tarjeta de presentación que he visto en mi vida. Aparte de sus películas.
Galatasaray-Dépor (2004) se estrenó en el resto del mundo como One Day in Europe (Un día en Europa), y en realidad va más allá de lo estrictamente futbolístico de una final de la Champions entre el Deportivo de La Coruña (que por aquel entonces era un habitual de la gran competición europea) y el Galatasaray de Estambul, porque traslada la acción de cuatro historias de personajes cruzados, a otras tantas ciudades del continente: Moscú (donde se juega la final), Berlín (porque es la ciudad del director y por su gran colonia turca), Estambul y Santiago de Compostela (en lugar de Coruña, puesto que el tema del Camino de Santiago daba mucho juego, y al parecer también alguna subvención de la Xunta). Si en la narración moscovita sí vemos a las dos aficiones por las calles antes del encuentro, en las otras tres ciudades, el partido está siempre de fondo, en la radio, en la TV, o en el corazón de las aficiones: la gallega en las rúas y bares de Santiago, y la turca en Estambul y en los barrios de emigrantes de Berlín. Ver a Luis Tosar, el actor más conocido del filme, de hincha del Dépor metido en líos con la policía rusa sigue teniendo su aquel. ¿El partido? Empate a uno al final de los 90 minutos: Valerón, el magnífico, adelanta a los gallegos, y Hakan Sukur, el incombustible centrodelantero otomano, empata en el último suspiro. Llega la prórroga, y tras ella, con los títulos de crédito de la película… los penaltis. Pero Hannes Stöhr es muy pillo, y todo acaba sin que nos cuenten quién ha ganado la Copa de Europa. Empate eterno, como la vida misma.
[Ahí os dejo el tráiler de la peli, que no está nada mal, por cierto]
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